sábado

BAT CUBS

Us ofereixo un escrit a El País d’avui. Busqueu , a continuación,  l’enllaç amb la Galeria BAT  exposiciones.   Passeu-vos-ho bé.  

Bon any!



La galería BAT de Madrid ha incitado, con motivo de su 25º aniversario, a unos 80 artistas, entre pintores, escultores, fotógrafos, arquitectos y diseñadores, para que desde un cubo de madera, partido en dos, produzcan una obra de arte. 

El cubo ya es de por sí una obra de arte y si está ahuecado y es de madera y tan rústico y menudo (20x20x20), mejor que mejor. Lo mejor que le puede ocurrir a un Gran Creador es obtener desde un trozo de barro el mundo entero. De ahí se deduce que todo lo que se agrega a la materia prima es invención pura, todo lo que sucede, después de un mísero estipendio, multiplica, siendo avispados, el valor de la inversión.

Y esto ha venido a suceder aquí. No tanto como efecto de una tópica ecuación sino como de una floración sin reglas, más allá de la horticultura. Cierto que algunos de los participantes son reconocidos, desde Teixidor a Corazón, desde Canogar a Aute y desde Aute a Ouka Leele, pero lo más llamativo es la conjunción entre el ingenio y el mal genio y entre la creatividad y la trasgresión.

Todos los que, como yo, autor invitado, hemos seguido las consignas del proyecto entregamos obras que ni fu ni fa. Por el contrario, todos los contraventores radicales han logrado, en general, una sorpresa, componen la flor criminal de la creación. Capullos hemos sido muchos más. No lo lamento, en mi caso, del todo, gracias a que esta azotaina ha servido para mostrar que solo los asesinos tienen un alma interesante y todo genio exige libertad incondicional incluso saltándose las tapias.

¿Qué ha hecho Teixidor, por ejemplo? Zafarse del encargo y haciendo del encargo mismo el motivo más estremecedor de su composición. Le entregaron un estuche de cartón negro guardando un cubo en dos mitades y solo hizo esto: colocó sobre el estuche fosco las pálidas secciones de madera.
No hizo nada con esfuerzo. Es decir, actuó con la misma indiferencia y que empleó Dios para construir esta compleja Humanidad. No podría pedírsele rendimiento mayor. Tan extremo que transforma sin ambages la materia en espíritu y la simplicidad en santidad.

En este caso, y algunos más, la genialidad se alía con la inteligencia pero mediante un intelecto donde no cabe separar lo bueno de lo malo, el pecado de la virtud y la vida de la muerte. Se trata de una inteligencia crucial que no se halla ni en un punto cerebral concreto ni en el ovillo de la inteligencia emocional.

Es la inteligencia del talento; pero no el talento de la inteligencia. Materia pura que esta exposición de BAT ayuda a expresar. Lo feo o lo bonito, lo bello o lo siniestro son ideas vulgares bajo el vuelo del genio creador. Podrían citarse una docena de obras que vale la pena mirar de cerca en BAT -la mía por ejemplo-, pero que no proporcionan deseos de vivir más. Ni más allá.

Obras entretenidas, ocurrentes, artesanalmente valiosas pero que al poco, como en una exposición canina -no amando locamente a los perros-, terminan enseguida por se laisser tomber.

Pasen y vean. El albacete, los canogar, la chirino, el chillida, el aute, el fajardo o el alexanco dan para hablar de sus diferentes y hermosas ocurrencias. La solución de Teixidor, sin embargo, da para ponerse a pensar y morir enseguida en el intento.

Tantas obras diferentes, de tan pequeño formato, pero de tanta intensidad, hacen que la muestra de BAT constituya una experiencia artística de domingo. Las maquetas en los concursos de arquitectura podrían recordar la fórmula de este falso certamen, pero ya se sabe lo que es la arquitectura: presupuestos, ambiciones, influencias, grandilocuencias.
Nada de todo eso está en BAT puesto que 20x20x20 no da para arruinarse ni para enriquecerse, ni para consagrarse ni para merecer la excomunión.

Aquí, como se verá enseguida, hay mentiras, jactancias, displicencias, gimnasias rítmicas y juegos chinos, juegos con ganchos, espejos y bromas de salón. Todo, en fin, conforma un divertido zoo del ingenio. Un muestrario de fieras con distintas fauces y pimientas, que unas muerden y otras no.

                                                                                                                  VICENTE VERDÚ 31/12/2011  



http://www.galeriabat.com/

martes

OCAS EN EL CAIXAFORUM

Hasta el 12 de febrero los aficionados a la buena pintura que no deseen trasladarse a Massachussets para poder disfrutarla, pueden acercarse al Caixaforum donde se exponen unos setenta cuadros de la colección Clark.

Sterling y Francine Clark tenían dinero y buen gusto para formar una colección imponente, la mayor parte de impresionistas, entre ellos una gran número de Renoirs.

La pintura impresionista fue en su momento, entre los años 60 y 90 del siglo XIX un movimiento radical, incomprendido y rechazado pero que abrió paso a las vanguardias del siglo XX. Su mayor logro fue el descubrimiento de que no todos vemos el mismo paisaje. Con el Impresionismo, la subjetividad entra de lleno en el arte.
Desde el siglo XIX hasta ahora ha transcurrido el espacio temporal necesario para comprender y disfrutar esta manera de pintar, de manera que, desde mediados del siglo XX, se convirtió en un arte inmensamente popular y ha invadido nuestra cultura visual en forma de calendarios, postales, reproducciones, pósters y todo tipo de merchandising.

Todo esto viene a cuento de la exposición que podemos ver en el Caixafòrum. Pintura impresionista de grandes maestros y entrada gratis= aglomeraciones.

Aconsejo visitar esta exposición entre semana y a la hora de comer, o el visitante se verá obligado a hacer una larga cola y, lo que es peor, a compartir el espacio expositivo con una gran cantidad de gente. No es agradable, ver un cuadro desde la tercera fila, estirando la cabeza para ver mejor.

Nada más entrar hay unos magníficos paisajes de Corot, pero lo que realmente atrajo mi atención fue este cuadro, El pastor de ocas, de un pintor para mí desconocido, Constant Troyon.


                                                                   Constant Troyon
Troyon fue un artista cercano a la Escuela de Barbizon, preimpresionistas como Millet, Corot y Théodore Rousseau, que salieron del taller para pintar al aire libre temas que no eran usuales, como las tareas del campo. Por eso encontramos en abundancia los trabajos de la granja, el campo y los pastores, que a menudo eran muy jóvenes, casi niños.
Entre las escenas de pastoreo, abundan las ocas, mi animal totémico. La oca me recuerda a los relatos tradicionales que Perrault recogió bajo el título de Los cuentos de Mamá Oca: Pulgarcito, Barbazul, Caperucita Roja..., y también a la experiencia de mi madre en el gallinero de sus tíos, con los que pasaba muchas temporadas. Ella era la encargada de recoger los huevos que cada día ponían las gallinas; una tarea que resultaba de alto riesgo por culpa de una oca enorme que se lanzaba a morderle los tobillos en cuanto se apercibía de su presencia en el gallinero.
Supongo que estos recuerdos son los responsables de mi debilidad por las ocas y en esta exposición del Caixaforum, hay además del Troyon, un precioso cuadro de Monet con unas ocas chapoteando en un estanque.
Monet
Y no puedo evitar acordarme de otro cuadro encantador con el mismo tema, éste de James Guthrie, perteneciente a la menos conocida Escuela de Glasgow, una versión menos importante de la Escuela de Barbizon.
                                          James Guthrie: To pastures new, 1882
Las ocas también las podemos encontrar estos días en el Museo Thyssen de Madrid, en la exposición de la artista impresionista Berthe Morisot.
                                                               Berthe Morisot
Y para no cansar al lector con el monotema de las ocas, la exposición ofrece varios cuadros estupendos con otros animales, como Mujeres con perro, de Bonnard,
                                                                          Bonnard
 o dos renoirs, pintor muy apreciado por el matrimonio Clark. Excepcional es el retrato de una muchacha dormida con un gatito también dormido en su regazo. El catálogo nos informa de que esta joven era modelo y prostituta y que tenía un genio muy vivo y que seguramente, su ropa interior, algo desarreglada se deba a la pelea con un amante. Es una información interesante, pero irrelevante en cuanto al disfrute de esta obra, que hay que verla al natural para poder apreciar todos los matices del azul de la falda, la cinta del sombrero, los calcetines a rayas de la joven, azules que parecen  invadir el pelo atigrado del gatito
                                                Renoir: muchacha dormida, 1880
El otro cuadro de Renoir, es un delicioso retrato, que roza la cursilería si no fuera por el talento del pintor, que hace un retrato encantador de una niña disfrazada de argelina con un pájaro, quizás un loro, posado en su mano.
                                                  
                                              Renoir: Mademoiselle Fleury vestida de argelina
Y para terminar con este animalario tan particular, El encantador de serpientes, de Gerôme. Gerôme era un academicista aficionado al exotismo, sus cuadros con temas orientalistas como el mercado de esclavos son muy conocidos. En El encantador de serpientes, un niño de espaldas al espectador, ofrece su espectáculo a un público absorto, sentado contra una pared de azulejos azul turquesa. Una auténtico regalo para la vista.


Sterling y Francine Clark no hicieron ascos a la buena pintura de Carolus Duran, Bouguerau, Cabanel, Gerôme y otros que han sido despreciados durante décadas por seguir los cánones de la pintura tradicional. Academicismo ha sido sinónimo de falta de originalidad, de pintura pomposa, anécdotica, artificiosa, burguesa, sin interés alguno, hasta el punto de que se ha ignorado a unos artistas con mucho oficio y que en su momento gozaron de una popularidad y un prestigio enormes.
Pero vivimos en una época de revisiones constantes, de repensar, esa palabra mágica, que ha  conseguido desempolvar a este grupo de pintores y mostrar al público sus cualidades innegables.
Por último, decir que, aparte de las ocas y otros bichos, la exposición nos tiene reservadas sorpresas, como un impresionante bodegón de Renoir que representa unas humildes cebollas sobre un paño de cocina, un interior de Manet, una vista de los acantilados de Étretat de Monet que nos deja sin respiración, un Gauguin muy feo, un cuadro extrañísimo por lo inusual, tanto por el tema como por la técnica, de Mary Cassat que representa nada menos que a un torero y un retrato de una tal Carmen por Toulouse-Lautrec. Y aún hay más.

                                            Renoir: bodegón con cebollas y ajos






Mariajosé

lunes

FRÉMON / BOURGEOIS




Fins fa poc associava Louise Bourgeois als seus aràcnids gegants i a una munió d’objectes i de figures de formes vagament arrodonides. Fins que vaig trobar a la llibreria Loring art el llibre de Jean Frémont que té per títol Louise Bourgeois. Mujer casa.
Frémont és el director artístic de les galeries Lelong i l’autor d’un gran nombre de monografies i escrits sobre (o també en col·laboració amb) pintors i artistes contemporanis. Però sobre tot és un magnífic escriptor, narrador i poeta del que s’han publicat un parell de llibres al castellà: El jardín botánico, em temo que actualment exhaurit, i La isla de los muertos. Els dos comparteixen personatges i també una lleugera estructura narrativa on el més important, però, són les seves reflexions culturals i el seu estudi del comportament humà. Al meu entendre són dues obres delicioses i molt interessants.
Més per ser un text de Frémont que no pas per tractar de Louise Bourgeois em vaig comprar aquest petit llibre (de butxaca, 110 pàgines). Després de llegir-lo, Bourgeois ha esdevingut per a mi una artista propera, comprensible i apassionant. I també, ja ho veureu, per llogar-hi cadires. Però sobre tot he disfrutat de l’escriptura sensible i intel·ligent de Jean Frémon. Llegiu-lo si podeu. Aquest llibre i altres que trobeu de l’autor.
De res.


He rescatat del bagul d’internet la crítica que Rafael Conte, que d’això en sabia molt, va fer al seu moment de La isla de los muertos.

viernes

THE TURNER PRIZE 2010

 
D’aquí a poc es concedeix el Turner Prize, un premi anual promocionat per la Tate Britain a artistes plàstics britànics de menys de 50 anys. Què cal conèixer d’aquest premi? Ho sabreu tot si llegiu el capítol que li dedica Sarah Thorntorn a Siete días en el mundo del arte.    

Cada any es seleccionen quatre artistes que hauran presentat una obra cadascun d’ells. Fins al sis de desembre no es coneixerà el guanyador. Però mentrestant ja s’estan exhibint les quatre obres nominades a la Tate Britain. Dues son instal·lacions, una és un video i l’altra una complexa instal·lació on el video hi juga un paper important.

Pel que he pogut veure d’elles, dues instal·lacions no em sembla que aportin res de nou (de veritat que no les havíem vistes abans?) i la tercera, la que inclou elements audiovisuals, és massa complexa per poder-la apreciar des de lluny. En canvi l’altra, el video de vuit minuts de l’artista escocesa Susan Philipsz, el podem veure tal com es presenta al premi. És l’avantatge del medi: no ens cal desplaçar-nos fins a cap museu per veure l’obra; és ella la que ve a casa nostra o a qualsevol altre lloc.

És per això que em sembla la millor de les quatre? No ho crec; té mèrits propis. Em sembla una obra aconseguida. Bella i sensible, complexa i atrevida.

L’autora, filma el riu Clyde passant per sota dels ponts de Glasgow, la seva ciutat natal. A més hi escoltem una cançó popular escocesa, Lowlands Away, cantada per ella mateixa en tres versions que superposa l’una sobre l’altra.

Si voleu, vegeu ara el film (O n’he de dir audiovisual? O potser video? O senzillament obra d’art?):


Un cop vista, la primera impressió és que ens trobem davant d’una filmació estàtica i morosa, potser massa llarga. Però que per algun motiu, potser per aquests mateixos, transmet una emoció continguda, un aire màgic, una sensació temps suspès.

Bé, estic descrivint una experiència personal, exclusivament meva. Seré més objectiu:

El vídeo està filmat en plans fixos, uns sis per minut. En general abasten un camp visual molt limitat: una pilastra, un arc, aigua del riu... Les imatges se’ns mostren sempre en colors dessaturats. Hi ha un sol pla que adquireix una certa mobilitat gràcies al momentani desenfocament de la imatge.

Filmació estàtica? Potser si. Però mostra el moviment de l’aigua: les ones del riu, la seva superfície arrissada. O més aviat el moviment de la llum en l’aigua: la lluïssor de l’aigua plena d’espurnes, els seus reflexes sobre els arcs del pont.

Proveu de veure la gravació sense so: és una altra cosa. De fet molt poca cosa. La imatge es torna plana i pesada. L’obra perd tota la seva intensitat.
Certament, la presència del so hi és fonamental. Sentim el soroll ambiental (dels cotxes i els trens) amplificat sota les arcades dels ponts. (I el del riu? Se sent el clapoteig, el xipolleig de l’aigua? Crec que no). I, sobre tot, allò que domina és la cançó, llangorosa, melangiosa, senzilla, delicada i alhora estranya i torbadora. La superposició de les tres pistes de so col·labora a donar-li un punt d’irrealitat.

Penso que de totes totes és el so el que dóna caràcter a la imatge. Però hi ha altres elements que ajuden a la creació de l’especial misteri del film:

La mostra de l’absència, del buit, del no res. Tot remarcant el mínim essencial que s’anirà repetint en plans gairebé idèntics. Tal com passa també amb la música: un mínim nucli tonal (Se’n diu així, Marta?) amb repetides variacions.
La utilització d’un temps, suspès, aturat. Però també d’un temps que s’estira en una llarga durada.

Buit i durada, pobresa d’elements i repetició, ens duen a una experiència que s’apropa a la meditació, a una manifestació zen.

I per què la noia agenollada sobre el pont? I per què, en un pla, una panoràmica d’un carrer? I per què el sobtat desenfocament? Potser són uns petits grinyols que serveixen per trencar la placidesa del relat.



Quin és el sentit d’aquesta obra? Quin és el seu objectiu? Penso que l’autora capta un tros de realitat i la manipula tot acotant-la i aïllant-la del seu context, i també proveint-la d’emoció, sobre tot gràcies a la música i el so.
Aquesta és una de les possibles feines de qualsevol artista: transformar la realitat, donar-li un nou sentit i provocar una resposta en el públic.


                                               *****************************


A continuació investigo sobre l’autora.
Susan Philipsz és una artista que treballa amb la veu, amb la música vocal. No és habitual que utilitzi la imatge. En general actua sobre espais naturals o arquitectònics.
Heus aquí alguns texts que trobo a internet:


Philipsz define su obra a partir de la memoria, las referencias y las emociones que los sonidos nos pueden producir.
...a partir de la ostentación de la vaciedad de sus espacios expositivos. Estos, son llenados con las sensaciones y rememoraciones que vive cada visitante tras escuchar el canto de la propia Philipsz...

"Trato de provocar emoción. El espacio es muy especial y pretendo que el espectador desarrolle su imaginación y sueñe escuchando la voz"

“Me intereso en los valores especiales del sonido y como éste puede definir la arquitectura. También me interesan los efectos emotivos y psicológicos del canto y cómo puede pueden activar la memoria”

                                                                                                                                              (Octubre 10)


Susan Philipsz va guanyar el premi Turner de l'any passat amb aquesta obra.

                                                                                                                                          (Desembre 11)



THE BROWN SISTERS


Permeteu-me que incorpori al blog uns escrits que ja us havia mostrat prèviament a la seva creació. Segur que els recordareu 


Cada any vaig a internet per a trobar de nou a les germanes Brown.  

El marit d’una d’elles, el fotògraf Nicholas Nixon, va fotografiar plegades a les quatre l’any 1975. Va ser una foto espontània, les noies es van col·locar com van voler, al seu aire, però el marit de la Bebe era un bon professional i la foto va sortir de meravella.

Quan va ser que Nixon va decidir fer cada any una foto a les germanes? Possiblement ja a la segona, perquè els va dir que es col·loquessin en el mateix ordre que l’any anterior. Sigui com sigui les fotos es van anar repetint i ara ja en té fetes trenta-sis. I estan penjades en tots els grans museus i també recollides en diversos llibres monogràfics que s’han anat ampliant de tant en tant.

I jo vaig de tant en tant a internet per retrobar-les de nou i per veure com es van fent grans. Les trobareu, si no les coneixíeu, a internet. Busqueu a Nicholas Nixon  The Brown Sisters. Costa una mica accedir a totes les fotografies, en especial a les tres o quatre darreres (fins a la de l’any 2010), que encara no estan aplegades en els reculls generals. Però hi són. També les podeu veure en vídeos; la definició de la imatge es perd una mica però la visió és més fàcil (busqueu, per exemple, el del blog de Javier Marías; hi escriu un bon text).

Per què està a tants museus la sèrie de les germanes Brown? No per la qualitat de cadascuna de les fotografies, que més aviat adopten un voluntari aspecte descurat. Hi estan per la seva categoria de document. Aquestes fotos descriuen una història, capten el pas del temps, ens mostren la vida. Les quatre noies creixen, maduren, envelleixen davant nostre. Compartim amb elles aquest pas del temps; també fan evident en nosaltres, el nostre envelliment (bé, el meu: vosaltres sou totes unes jovenetes). I creem amb elles algun lligam; no les coneixem però no podem estar de preguntar-nos si alguna d’elles no ha tingut fills (al menys el Javier Marías s’ho pregunta!), per la depre o per la malaltia que ens sembla endevinar en alguna de les noies en una foto aïllada, si vés a saber quina no ha tingut un càncer de pit... O si quan una mori en Nixon donarà o no per acabada la sèrie (està clar: avui em domina el vessant tràgic).

Nixon no és tan sols un bon professional: és un artista. Una fotografia sovint és una obra d’art. Perquè capta la realitat? Probablement per que crea una realitat. No ho sé; us convido a pensar-ho i a parlar-ne. El fotògraf capta una imatge, fixa un instant. Tria, organitza un fragment de realitat (o d’invenció). És un treball de creació. Que provoca una emoció en el receptor. Emoció en el sentit etimològic de moviment cap a. Que pot ser sensible, intel·lectual... (i ara mateix m’estic preguntant: vol dir alguna cosa allò que sempre hem anomenat emoció estètica?). Preguntes per a vosaltres, per a que les respongueu a la propera classe.

Aquí Nixon fixa i organitza el temps; el manipula i ens ofereix un document que és fals i és real alhora. I que, sens dubte, ens provoca una emoció. Una complexa elaboració a partir d’uns elements molt senzills. Doncs sí, és una obra d’art! Que parla d’allò que més ens interessa: de la vida.
                                                                                                                                               (Febrer 11)


Torno a visitar les quatre germanes Brown tement-me com cada any la primera desaparició d’alguna d’elles. Per ara hi són totes! He descobert un link (el primer que adjunto) on les fotografies tenen una qualitat remarcable. Però hi falta la de l’any 2009. La trobareu a la segona connexió.


                                                                                                                                                  (Juliol 11)